“ALGUNAS PERSONAS SE SIENTEN FRUSTRADAS PORQUE NO SABEN CÓMO SERÁN LAS COSAS EN CINCO AÑOS; A MÍ ME ENCANTA”.
Entrevista con Jesús Lanza, fundador y director ejecutivo de Lottus Education
Las instituciones de educación terciaria de todo el mundo se están adaptando a un modelo en el que, cada vez más, los estudiantes interactúan y adquieren sus conocimientos a través de canales digitales. Entrevistamos a Jesús Lanza, director ejecutivo de Lottus Education, un importante proveedor de educación superior de México, acerca de la rápida evolución del mercado, su colaboración con el Programa para la Digitalización de la Educación Terciaria (D4TEP) de IFC a fin de mejorar la estrategia digital de la universidad, y el énfasis que pone la institución en la inserción laboral de los estudiantes.
¿Qué grado de madurez digital tienen las instituciones de educación superior de México?
México aún está rezagado en comparación con otros mercados latinoamericanos como Brasil y Colombia: los estudiantes conectados en línea solo representan el 15 % del total. Sin embargo, la pandemia ha acelerado la transformación digital del sector. Por ejemplo, si bien el total de alumnos matriculados disminuyó durante la pandemia, aumentó en los formatos híbrido y en línea, en las universidades estatales y aún más en las privadas. Es interesante observar que el aumento se produjo más en el sector híbrido que en el sector totalmente en línea. Lo que está sucediendo en México es muy similar a lo que ocurrió en Brasil en la última década, donde alrededor de la mitad de la población estudiantil ahora cursa en línea y la otra mitad, en formatos sin conexión a internet. Espero que para 2025, aproximadamente, la situación sea similar en México.
¿Cuál ha sido el mayor desafío para su empresa en cuanto a la digitalización de la educación?
Impulsar el cambio. Las personas están acostumbradas a trabajar de determinada manera y tratar de hacer las cosas de otra forma requiere mucha humildad y conocimiento de uno mismo. El segundo desafío es el análisis de datos. Necesitamos datos precisos y a tiempo, como indicadores clave de desempeño, niveles de participación y de deserción para tomar decisiones. Para una empresa como la nuestra, que pasó de 6000 a 80 000 estudiantes en seis años, es esencial tener una base de datos simplificada y unitaria, que nos indique el grado de satisfacción de nuestros estudiantes con el servicio que ofrecemos. Y el tercer desafío consiste en establecer prioridades. Me encanta esta frase: “Solo tengo dos tipos de problemas: urgentes e importantes. Los problemas importantes nunca son urgentes y los urgentes nunca son importantes”. Este es nuestro dilema. Queremos crecer lo más rápido posible e impactar en todo el sector; siempre nos falta tiempo. Pero debemos pensar en ganar el juego a largo plazo.
¿Cuáles son los límites de lo que las tecnologías pueden hacer en la educación superior?
La tecnología es una herramienta. Podría ser un factor catalizador o diferenciador, pero para nosotros el éxito se define más por el talento, la metodología y la cultura. Mientras las tecnologías transforman el sector de la educación superior, algunas personas se sienten frustradas porque no saben cómo serán las cosas en cinco años; a mí me encanta. Me ayuda a mantener una curiosidad saludable y a seguir aprendiendo. Estamos ayudando a los estudiantes que, dentro de cinco años, realizarán trabajos totalmente nuevos. Por supuesto, la tecnología tiene sus limitaciones, pero nos ayuda a ampliar nuestros límites y horizontes.
Teniendo en cuenta que los estudiantes piensan principalmente en la inserción laboral, ¿qué iniciativas digitales están analizando para equiparlos con las aptitudes que se requieren?
La inserción en el empleo se está convirtiendo en un tema importante para nosotros. Si no ofrecemos un alto grado de empleabilidad, nuestro producto no será atractivo. Mantenemos alianzas con más de 800 empresas que pueden publicar sus ofertas de trabajo en nuestro sitio web. También estamos asociados con una empresa emergente española, beWanted, que actúa como nexo entre compañías y universidades, de modo de conectar a las empresas con las personas que tengan las aptitudes buscadas. Ofrecemos a nuestros estudiantes seminarios web con especialistas que les enseñan a preparar un currículum o realizar una entrevista de trabajo. También los dotamos de habilidades sociales, para que no solo adquieran conocimientos puros. Hoy en día, se puede obtener información de muchas maneras, por lo que nuestra misión es ayudar a los estudiantes a evolucionar, a convertirse en mejores profesionales y en mejores seres humanos.
¿Cuáles son algunas de las mejores prácticas que aplicó su empresa para implementar una estrategia digital?
La fórmula secreta es crear el talento adecuado. Contratamos a personas de otras universidades, a empresas de tecnología educativa, a otros proveedores de educación digital, a consultores y a bancos de inversión. Luego, es necesario establecer las prioridades. Ciertas cosas deben digitalizarse lo antes posible, pero otros elementos funcionan bien y pueden seguir siendo “analógicos”. En tercer lugar, uno debe ser humilde y reconocer que hay muchas cosas que no sabe y que a veces se necesita asesoramiento externo. Por último, es importante tener comunicadores fuertes porque todo este esfuerzo es inútil si no se comunica de la manera correcta.
¿Qué aprendieron del trabajo con el equipo de D4TEP?
Identificamos más de 40 proyectos que nos permitirían transformar las tecnologías digitales y dimos prioridad a estos proyectos. El equipo de IFC trabajó con nosotros en diferentes formatos: reuniones individuales, grupos, grupos pequeños. A veces el enfoque era práctico; otras veces, teórico. Nos proporcionaron ejemplos específicos de otras universidades que han impulsado la transformación digital y de los impactos en términos de resultados y rendimiento de la inversión. Y todo lo hicimos en apenas unas pocas semanas. La experiencia ayudó mucho a sembrar la semilla para impulsar el cambio.
Este artículo fue editado para lograr brevedad y claridad.
noviembre 2021